jueves, 1 de junio de 2023

DÍA SEPTIMO MARÍA EN CANÁ

 

ORACIÓN DE COMIENZO

Haznos, Señor, sensibles y atentos como María a las necesidades de los demás. Quiero, Señor, ser buena “escucha” de mis hermanos y saber reconocer que quien le da buen sabor a la vida es el buen vino de tu Reino. Devuélvenos, Señor, la vitalidad y la alegría que irradia tu presencia y tu acción en la boda de Caná.

 

Lectura del Santo Evangelio según San Juan 2, 1-11

Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús.  Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. Y no tenían vino, porque se había acabado el vino de la boda. Le dice a Jesús su madre: «No tienen vino.»  Jesús le responde: «¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.»  Dice su madre a los sirvientes: «Haced lo que él os diga.»
Había allí seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los judíos, de dos o tres medidas cada una. Les dice Jesús: «Llenad las tinajas de agua.» Y las llenaron hasta arriba.  «Sacadlo ahora, les dice, y llevadlo al maestresala.» Ellos lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, como ignoraba de dónde era (los sirvientes, los que habían sacado el agua, sí que lo sabían), llama el maestresala al novio  y le dice: «Todos sirven primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino bueno hasta ahora.»  Tal comienzo de los signos hizo Jesús, en Caná de Galilea, y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos. Después bajó a Cafarnaún con su madre y sus hermanos y sus discípulos, pero no se quedaron allí muchos días.


 

MEDITACIÓN

En el Antiguo Testamento, la fiesta de las bodas era un símbolo del amor de Dios hacia su pueblo. Era lo que todos esperaban en el futuro. Y precisamente en una fiesta de bodas, junto a una familia y una comunidad, Jesús cumple su “primer signo”.

La alegría de esta fiesta pronto se ve ensombrecida: falta el vino. La virgen percibe esta situación y acude a su hijo.
Llama la atención la respuesta de Jesús: “Todavía no ha llegado mi hora”. La hora de Jesús es su muerte y resurrección. Solamente en ese momento, es esta “hora” el misterio de Jesús llegará a su plenitud.
Ahora, en Caná, estamos al inicio del ministerio público de Jesús, por eso Él mismo dirá a su madre que no ha llegado el momento de su manifestación pública y total. Jesús irá desvelando poco a poco su identidad y por eso va a realizar este primer signo.

Esta sociedad necesita la reacción vigorosa de quienes creemos que todo hombre tiene una dignidad, pues es criatura de Dios y hermano nuestro.

Como María necesitamos aprender a presentarle a Jesús, no solo nuestras necesidades, sino las de los vecinos, de los amigos, de los que sufren por diversas circunstancias… que se les acabó el vino o no han conocido el vino nuevo: Amor, fe, alegría y paz, servicio, fraternidad… ¿Si conoces las bondades del Señor para ti, por qué escondérselas a los demás que sufren porque no las conocen? El amor es el vino nuevo que necesitamos para crecer en la fe. ¿La lectura orante de la Palabra, los sacramentos, la ayuda a los demás… son tu apoyo?

ORACIÓN FINAL

Señor dame la gracia de ser un buen «escucha», que sepa obedecer como María, alegremente tu llamo, que sepa reconocer que quien le da sabor a nuestra vida, es el buen vino de tu Reino.

 

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