domingo, 4 de junio de 2017

DÍA TERCERO: PRESENTACIÓN DE MARÍA SANTÍSIMA


Palabra de Dios: ¡Alégrate y goza, hija de Sion!, que yo vengo de habitar dentro de ti -oráculo del Señor-. Aquel día se unirán al Señor muchos pueblos y serán pueblo mío. Y habitaran en medio de ti, y comprenderás que el Señor de los ejércitos me ha enviado a ti. El Señor tomará posesión de Judá sobre la tierra santa y elegirá de nuevo a Jerusalén. ¡Calle toda carne ante el Señor cuando se levanta de su santa morada! (Zac. 2, 10-13)

Meditación: tierno y delicado es este misterio de la vida de la Santísima Virgen.

Prontitud en seguir la vocación de Dios. He aquí una de las enseñanzas más admirables de este paso.- Contempla a la Virgen niña, de edad de tres años, desprenderse de sus padres, subir corriendo las gradas del Templo, sin volver siquiera la vista hacia atrás y ofrecerse al servicio de Dios en el Santuario. Son tan necesarios los cuidados de un padre y sobre todo de una madre, pero María no piensa en el dolor que va a causar a sus padres… ni la preocupa el nuevo género de vida que desconoce.- Todo eso, son razones de la prudencia humana… Ella ha oído la voz de Dios e inmediatamente corre a seguirla ¡cuanto antes mejor!- Todo le parece demasiado tarde y por eso, sube corriendo las gradas del Santuario. ¡Qué lección de fervor nos da esta Niña!



sábado, 3 de junio de 2017

DÍA SEGUNDO: NACIMIENTO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN




Palabra de Dios: Entonces, una mujer de entre la gente, le dijo gritando: - Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron.
Pero él repuso: - Mejor: Dichosos los que escuchan el mensaje de Dios y lo cumplen. (Lucas 11, 27-28)


Meditación: El nacimiento de la Madre de Dios es para nosotros un día especialmente gozoso, porque con él se hizo realidad toda una serie de importantísimas profecías y pronósticos del Antiguo Testamento. Precisamente a Ella Dios La eligió para que fuera Aquella Virgen, Quien de acuerdo a las predicciones de Isaías, tenía que dar a luz al Hijo-Emanuel, destinado a salvar al género humano de la maldición y muerte que pendían sobre él.

En una palabra, el nacimiento de la Santísima Virgen María es para nosotros el comienzo del cumplimiento de todas las promesas. La manifestación al mundo de Aquel misterio oculto por siglos y generaciones, que estaba preparado desde la eternidad para la salvación y gloria del caído género humano.



viernes, 2 de junio de 2017

DÍA PRIMERO: CONCEPCIÓN DE NUESTRA SEÑORA


Palabra de Dios: Yo salí de la boca del Altísimo, como primogénita de todas las criaturas. El Creador estableció mi morada. Desde el principio, antes de los siglos me creó y no cesaré jamás. Eché raíces entre un pueblo glorioso, en la porción del Señor, en su heredad, y resido en la congregación plena de los santos. Venid a mí los que me amáis y saciaos de mis frutos; mi nombre es más dulce que la miel y mi herencia mejor que los panales. El que me come tendrá más sed; el que me escucha no fracasará, el que me pone en práctica no pecará; el que me honra poseerá la vida eterna. (eclesiástico, 24)





Meditación: Todas las virtudes y las gracias de María Santísima las recibe de Su Hijo. La Madre de Cristo debía ser perfectamente santa desde su concepción. Ella desde el principio recibió la gracia y la fuerza para evitar el influjo del pecado y responder con todo su ser a la voluntad de Dios. A María, primera redimida por Cristo, que tuvo el privilegio de no quedar sometida ni siquiera por un instante al poder del mal y del pecado, miran los cristianos como al modelo perfecto y a la imagen de la santidad que están llamados a alcanzar, con la ayuda de la gracia del Señor, en su vida.
La Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María:
1-Nos llama a la purificación. Ser puros para que Jesús resida en nosotros.
2-Nos llama a la consagración al Corazón Inmaculado de María, lugar seguro para alcanzar conocimiento perfecto de Cristo y camino seguro para ser llenos del Espíritu Santo.


"Con la Inmaculada Concepción de María comenzó la gran obra de la Redención, que tuvo lugar con la sangre preciosa de Cristo. En Él toda persona está llamada a realizarse en plenitud hasta la perfección de la santidad" Juan Pablo II, 5-XII-2003.