Palabra de Dios: ¡Alégrate y goza, hija de Sion!, que yo vengo de habitar dentro de
ti -oráculo del Señor-. Aquel día se unirán al Señor muchos pueblos y serán
pueblo mío. Y habitaran en medio de ti, y comprenderás que el Señor de los
ejércitos me ha enviado a ti. El Señor tomará posesión de Judá sobre la tierra
santa y elegirá de nuevo a Jerusalén. ¡Calle toda carne ante el Señor cuando se
levanta de su santa morada! (Zac. 2, 10-13)
Meditación: tierno y delicado es este misterio de la vida
de la Santísima Virgen.
Prontitud en seguir la vocación de Dios. He aquí una de las enseñanzas más admirables
de este paso.- Contempla a la Virgen niña, de edad de tres años, desprenderse
de sus padres, subir corriendo las gradas del Templo, sin volver siquiera la
vista hacia atrás y ofrecerse al servicio de Dios en el Santuario. Son tan
necesarios los cuidados de un padre y sobre todo de una madre, pero María no
piensa en el dolor que va a causar a sus padres… ni la preocupa el nuevo género
de vida que desconoce.- Todo eso, son razones de la prudencia humana… Ella ha
oído la voz de Dios e inmediatamente corre a seguirla ¡cuanto antes mejor!-
Todo le parece demasiado tarde y por eso, sube corriendo las gradas del
Santuario. ¡Qué lección de fervor nos da esta Niña!
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