fotografía: Marta Pérez
Palabra de Dios: "Se
celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la Madre de Jesús. Fue
invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. Y como faltara vino, le
dice a Jesús su madre:no tienen vino. Jesús le responde: ¿qué tengo yo contigo
mujer? Todavía no ha llegado mi hora. Dice su madre a los sirvientes: haced lo
que El os diga... EN Caná de Galilea dio Jesús comienzo a sus señales. Y
manifestó su gloria y creyeron en Él su discípulos" (Jn 2, 1-5.11)
Meditación: En Caná, la Virgen muestra una vez más su total
disponibilidad a Dios. Ella que, en la Anunciación, creyendo en Jesús antes de
verlo, había contribuido al prodigio de la concepción virginal, aquí, confiando
en el poder de Jesús aún sin revelar, provoca su "primer signo", la
prodigiosa transformación del agua en vino.
De ese modo, María precede en la fe a los discípulos que, cómo dice San Juan, creerán después del milagro: Jesús " manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos" (Jn 2, 11). Más aún, al obtener el signo prodigioso, María brinda un apoyo a su fe.
De ese modo, María precede en la fe a los discípulos que, cómo dice San Juan, creerán después del milagro: Jesús " manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos" (Jn 2, 11). Más aún, al obtener el signo prodigioso, María brinda un apoyo a su fe.