martes, 26 de mayo de 2015

ANTE LA CRUZ

En la tarde de ayer, tuvimos la fortuna de poder acoger la Cruz de la asamblea diocesana, que nos acompañara durante esta semana de novena a la Virgen de la Salud.
En la celebración de la misa de las 20:30 tuvo lugar la acogida y entronización de la cruz, portada por algunos niños de la parroquia, catequistas y miembros de la cofradía.






En este tiempo de asamblea tan importante para nuestra diócesis, esperamos que la cruz sea guía y luz en nuestro camino como cristianos para llegar al Señor, acompañados de su Santa Madre la Virgen María.






Ante la cruz me llamas en tu agonía.
Ante la cruz me llamas.
Y he aquí que tropiezo con las palabras.

Porque si dices ante ¿no me pides, Señor,
sino que mire frente a frente la cruz y que la abrace?

Si te miro, Señor, y Tú me miras,
es un horno de amor lo que en ti veo,
y lo que veo en mí, Señor, no es nada,
nada, nada, Señor, sino silencio.

Un silencio vacío: si Tú lo llenas
se habrá hecho la luz en las tinieblas.

Y si en la cruz te abrazo y Tú me abrazas,
el silencio, Señor, es más palabra.

Ante la cruz, Señor, aquí me tienes,
ante la cruz, Señor, pues Tú lo quieres.  





lunes, 25 de mayo de 2015

CUARTO DÍA DE LA NOVENA: ANUNCIACIÓN DE NUESTRA SEÑORA

Palabra de Dios: Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando donde ella estaba, dijo: "alégrate llena de gracia, el señor esta contigo... No tema, María, porque has hallado la gracia ante Dios; vas a concebir en tu seno y darás a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin". María respondió: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu Palabra" (Lc 1, 26-38 abreviado)

Meditación: La encarnación del Hijo de Dios es la prueba definitiva de la fidelidad de Dios al hombre. Dios prometió no abandonar al hombre en su caída. En el momento de la Anunciación-encarnación se cumple la promesa. Nuestro Dios es fiel, sabemos de quien nos hemos fiado.
La lealtad de Dios suscita y hace posible la fidelidad de su criatura. María es también la mujer fiel. Ha dado su palabra:  "He aquí la esclava del Señor, hágase en mi su voluntad". María no se retractará de este compromiso, la lealtad de Dios y de María llegan-más allá y por encima de todas las adversidades- hasta la Cruz. Nuestro compromiso con Dios no debe estar a meced de las circunstancias favorables o adversas. La fidelidad se demuestra precisamente cuando hay que mantener la palabra dada en medio de la obscuridad, el abandono e incluso el rechazo de todos.


domingo, 24 de mayo de 2015

TERCER DÍA DE LA NOVENA: PRESENTACIÓN DE MARÍA SANTÍSIMA


Palabra de Dios: ¡Alégrate y goza, hija de Sion!, que yo vengo de habitar dentro de ti -oráculo del Señor-. Aquel día se unirán al Señor muchos pueblos y serán pueblo mio. Y habitaran en medio de ti, y comprenderás que el Señor de los ejércitos me ha enviado a ti. El Señor tomará posesión de Judá sobre la tierra santa y elegirá de nuevo a Jerusalén. ¡Calle toda carne ante el Señor cuando se levanta de su santa morada!(Zac. 2, 10-13)

Meditación: La leyenda supone que María fue presentada en el Templo a semejanza de su hijo Jesús. Más allá de la leyenda, lo que es cierto y lo que este misterio significa es que María está presente en Dios y Dios en María. En la Virgen se cumple la profecía: “Yo vengo a habitar dentro de ti”. Por eso, ¡alégrate!. La dicha de la Virgen María no consiste en que su vida sea una especie de cuento de hadas o le resultase fácil. Al contrario, porque María se ve envuelta en situaciones sociales opresoras, desesperanzadoras e insolubles en apariencia. Pero María está ante Dios y Dios ante la mirada cálida y amorosa de María. Ese misterio del Dios vivo y siempre presente es más poderoso que todas las tribulaciones y sin sentidos de la vida humana. ¡Alégrate, también tú, que haces esta novena, porque el Señor esta en ti!¿Sabrás mirarle y acoger su presencia, viviendo, como María, en todo momento ante su mirada?