Palabra de Dios: ¡Alégrate y goza,
hija de Sion!, que yo vengo de habitar dentro de ti -oráculo del
Señor-. Aquel día se unirán al Señor muchos pueblos y serán
pueblo mio. Y habitaran en medio de ti, y comprenderás que el Señor
de los ejércitos me ha enviado a ti. El Señor tomará posesión de
Judá sobre la tierra santa y elegirá de nuevo a Jerusalén. ¡Calle
toda carne ante el Señor cuando se levanta de su santa morada!(Zac.
2, 10-13)
Meditación: La leyenda supone que
María fue presentada en el Templo a semejanza de su hijo Jesús. Más
allá de la leyenda, lo que es cierto y lo que este misterio
significa es que María está presente en Dios y Dios en María. En
la Virgen se cumple la profecía: “Yo vengo a habitar dentro de
ti”. Por eso, ¡alégrate!. La dicha de la Virgen María no
consiste en que su vida sea una especie de cuento de hadas o le
resultase fácil. Al contrario, porque María se ve envuelta en
situaciones sociales opresoras, desesperanzadoras e insolubles en
apariencia. Pero María está ante Dios y Dios ante la mirada cálida
y amorosa de María. Ese misterio del Dios vivo y siempre presente es
más poderoso que todas las tribulaciones y sin sentidos de la vida
humana. ¡Alégrate, también tú, que haces esta novena, porque el
Señor esta en ti!¿Sabrás mirarle y acoger su presencia, viviendo,
como María, en todo momento ante su mirada?
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