domingo, 22 de marzo de 2020

NOVENA A LA VIRGEN DE LA SALUD. DIA 7º


MARÍA DE CANÁ

Alégrate, Virgen María, llena de gracia. Porque el Señor está en ti


ACTO DE CONTRICIÓN PARA INICIAR TODOS LOS DIAS LA NOVENA

Señor mío Jesucristo, Padre mío redentor de mi alma herido y crucificado por darme la salud que no merezco; arrepentido, y con dolor de haberos ofendido, me llego a Vos, mi Dios, mi Criador y mi salud, y por quien sois, me pes el alma de haberos ofendido con tanta culpa; enmienda de nunca más pecar, por lo que espero de vuestra bondad infinita me habéis de perdonar por vuestra sagrada pasión y por los méritos de mi Madre dulcísima de la Salud, y también confío me librareis en esta vida de la peste de alma y cuerpo, concediéndome lo que os pido en esta Novena, si es para gloria vuestra. Amén.

ORACIÓN PARA EMPEZAR EL DÍA


Eterno Dios, Creador de todas las cosas y Redentor del mundo, que por tu bondad inmensa te dignaste concedernos los premios inefables de la salud eterna, mediante la virginidad fecunda de tu querida Madre María Santísima, mi Señora, que es salud, vida y esperanza nuestra;  yo te suplico humildemente por los méritos de esta soberana Reina, y por los de vuestra pasión; vida y muerte, que cuando llegue la mía, se aparte mi corazón de todas las cosas del mundo, empleándome todo en amaros con un amor ardentísimo, de suerte que muera yo de puro amor a vuestros pies y los de vuestra purísima Madre, y que me ayuden a amaros y a morir todos los Santos y Santas de mi devoción. Pero mientras me quisieres conservar en este valle de miserias, os suplico, Señor, me ayudéis a caminar por el camino de vuestros escogidos, siguiendo vuestros ejemplos, e imitando las virtudes de vuestra Madre Santísima, para que yo merezca veros como os ven los Santos en el cielo, y también os pido me concedáis lo que solicito en esta Novena a mayor gloria vuestra, servicio de mi Señora, salud y provecho de mi alma. Amén. 

HIMNO

 Ruega por nosotros, amorosa madre,
Para que tu hijo no nos desampare.

 De tus ojos penden las felicidades
Míranos Señora, no nos desampares.

 Bien veo, Señora, madre de mi alma,
Que por mis pecados lágrimas derramas.

 Gloria, gloria al padre, gloria, gloria al hijo,
Gloria para siempre igual al espíritu.

AMÉN

PALABRA DE DIOS

"Se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la Madre de Jesús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. Y como faltara vino, le dice a Jesús su madre: no tienen vino. Jesús le responde: ¿qué tengo yo contigo mujer? Todavía no ha llegado mi hora. Dice su madre a los sirvientes: haced lo que Él os diga... EN Caná de Galilea dio Jesús comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria y creyeron en Él su discípulos" (Jn 2, 1-5.11)

MEDITACIÓN

En Caná, la Virgen muestra una vez más su total disponibilidad a Dios. Ella que, en la Anunciación, creyendo en Jesús antes de verlo, había contribuido al prodigio de la concepción virginal, aquí, confiando en el poder de Jesús aún sin revelar, provoca su "primer signo", la prodigiosa transformación del agua en vino.

De ese modo, María procede en la fe a los discípulos que, cómo refiere San Juan, creerán después del milagro: Jesús " manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos" (Jn 2, 11). Más aún, al obtener el signo prodigioso, María brinda un apoyo a su fe.



PETICIONES

Virgen de Caná, atenta a los detalles de cada día, haznos sentir tu protección en los momentos difíciles.
En este momento que cada uno realice sus peticiones particulares del día

ORACIÓN FINAL

Te rogamos, Señor, que venga a nuestra ayuda la intercesión poderosa de la Virgen María, para que nos veamos libres de todo peligro y podamos vivir en tu paz.
Por Jesucristo, Nuestro Señor, Amén.
(Rezamos 5 Avemarías)

ORACIÓN PARA ACABAR EL DÍA


Soberana Emperatriz de Cielos y tierra, María Madre de Dios, mar inagotable de salud, en quien todos tus hijos y devotos cifran sus mayores consuelos: todos, postrados ante tus divinas aras, te ofrecemos el humilde obsequio y corto tributo de esta Novena sagrada, y quisiéramos tener el encendido amor y devoción fervorosa con que te alaban los serafines en la gloria, y te ha celebrado todos los santos y justos de la tierra, para que fuese agradable a tus ojos, y a los grandes beneficios que te debemos: todos te rendimos por ellos infinitas gracias y esperamos de tu clemencia, que no han de impedir nuestras culpas el amor con que siempre nos miras: no dejes de mirarnos, Señora, que si tus ojos nos miran, es imposible nos dejen de favorecer tus bellos ojos: mira al Sumo Pontífice; atiende al bien universal de la iglesias, exaltación de la santa fe católica, extirpación de las herejías, y a las benditas Ánimas del Purgatorio, que desde aquella cárcel de fuego imploran tu patrocinio; y en fin, pues eres nuestra Madre dulcísima, échanos a todos tu bendición copiosa, y danos la salud del cuerpo y alma, para que te celebremos después en el reino de la gloria. Amén.

HIMNO A LA STMA. VIRGEN DE LA SALUD


Virgen santa, madre de Amor, salud y esperanza del pobre que en su dolor, pone en tus manos su confianza.

 El Tormes besando tu trono de flores te canta canciones, canciones de amores.

Como río inmenso tus hijos se llegan a tus pies hermosos y humildes los besan.
Buscando la salud de cuerpo y alma tus fieles a Ti llegan. Madre mía, salud en Ti buscando los enfermos y las almas que sufren alegría.
Como el rio besando las arenas las arrastra en su alas presuroso, así al besar tus pies las almas buenas, la salud de Ti lleven y el reposo

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