miércoles, 2 de marzo de 2022

CUARESMA 2022 PARROQUIA SAN PEDRO APÓSTOL TEJARES

 Hoy 2 de marzo comienza la cuaresma, un tiempo de oración y reflexión, que nos prepara para la alegría de la resurrección. 

La hermana Liliana, carmelita misionera, que recientemente ha llegado a nuestra parroquia, nos ha preparado este artículo para que nos ayude y guíe en este tiempo.

CUARESMA 2022

PARROQUIA SAN PEDRO APÓSTOL

TEJARES


(Fuente: www.cipecar.org)

UN CAMINO CON JESÚS

Bajo la mirada compasiva y misericordiosa de Dios, con alegría y confianza comenzamos este tiempo litúrgico que la Iglesia nos regala para reavivar la fe, encender la esperanza y practicar la caridad. La Palabra de Dios alumbra nuestras opciones cristianas y nos invita a poner los ojos en Jesús, el rostro de la Misericordia del Padre, el Maestro, el Amigo, el Camino, la Verdad y la Vida.

Desde el inicio del camino, Jesús nos invita a ir con Él al desierto, para oír en el silencio «el callado amor»; para acoger la Palabra de Vida; para caer en la cuenta de la verdad de nuestro ser de hijos/as de Dios; para hacer visible nuestra identidad de hermanos/as y para seguir anunciando, con alegría, el Evangelio de Jesús en nuestro mundo.

El Espíritu nos abre los oídos del corazón y nos reviste de fortaleza para estar con Él, para caminar con Él, y para entregar la vida con Él.

Lo primero que hace Jesús en el desierto es pasar por la prueba de todas las tentaciones sin sucumbir a ella. Fiel a su Padre, prefiere la Palabra de Dios al pan, la confianza al milagro, el servicio a Dios al dominio sobre los reinos del mundo.

Nosotros/as, seguidores/as de Jesús, tenemos que pasar también por los desiertos de la historia y por las duras pruebas de la fidelidad a Dios en nuestros contextos sociales y culturales. El autor de la Carta a los hebreos nos alerta y alienta: «Cuidado, hermanos: que ninguno de vosotros tenga un corazón perverso e incrédulo, desertor del Dios vivo. Antes bien, animaos unos a otros cada día, mientras suena ese hoy, para que nadie se endurezca seducido por el pecado. Porque, si mantenemos firme hasta el fin nuestra posición del principio, somos compañeros de Cristo» (Hb 3, 12-14).

El apóstol Pablo despierta la confianza en Quién sabemos nos ama: «Ninguna prueba os ha alcanzado que sea sobrehumana. Fiel es Dios y no permitirá que seáis probados por encima de vuestras fuerzas; con la prueba os abrirá una salida para que podáis soportarla» (1 Co 10, 13-14)

Con estos deseos de bien comenzamos el camino cuaresmal en el NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO.

 


Símbolos de la Cuaresma:

TE COMPADECES DE TODOS, SEÑOR

La ceniza:

«Convertíos a mí de todo corazón» (Jl 2,12).

  • Expresa la conversión, el deseo de liberarnos del mal: la desunión, la violencia, la insolidaridad, la indiferencia, que hay en nosotros y ponernos en el camino hacia la Pascua.
  • Es un gesto de verdad y de súplica ante el Dios de la Vida. Es un signo de comienzo. Con la ceniza comenzamos el camino hacia la Pascua…

La Cruz:

«El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo» (Lc 9, 23).

  • Símbolo predilecto para representar a Cristo y su misterio de salvación. Símbolo de la nueva alianza realizada en la Pascua de Jesús.
  • Ilumina nuestra vida. Nos da esperanza. Nos enseña el camino. Nos asegura la victoria de Cristo. Nos compromete a seguir el mismo estilo de vida de Jesús para llegar a la nueva existencia del resucitado. En la cruz está concentrada la Buena Noticia del Evangelio…

El Ayuno solidario:

«Llegará un día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán» (Mt 9, 15).

  • Es una voz profética para recordarnos que todo es bueno, pero relativo, que los valores materiales no son absolutos, que los valores sobrenaturales hay que cuidarlos.
  • Nos enseña misericordia. Nos convierte en más transparentes y disponibles para los demás, menos llenos de nosotros. Nos educa el egoísmo y la autosuficiencia y a abrirnos más a Dios y a los hermanos…

El camino:

«Jesús vio a un publicano llamado Leví, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme» (Lc 5,27).

  • La vida cristiana es seguir a Jesús, es hacer camino.
  • El «marchar», el caminar en la vida cristiana y más en la celebración, viene a ser una parábola de la Iglesia en camino. Una comunidad escatológica que en cierto modo se trasciende a sí misma y avanza hacia la meta propuesta. Que se siente peregrina, sin afincarse excesivamente ni en un lugar ni en una situación.

 


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