martes, 26 de mayo de 2015

QUINTO DÍA DE LA NOVENA: VISITACIÓN DE MARÍA A ISABEL

Palabra de Dios: En aquellos días se levantó María y se fue con presteza a la región montañosa, a una ciudad de Judá. Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel, y en cuanto oyó Isabel el saludo de María, salto de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo y exclamando con gran voz, dijo: "Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre; y ¿de donde a mi que la madre de mi Señor venga a visitarme? Porque apenas la voz de tu saludo llegó a mis oídos saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que fueron dichas de parte del Señor". (Lc. 1, 39-45)

Meditación: María va a ser madre, pero ello no le impide ponerse en camino. En lugar de cuidar de de sí y de su hijo, va a cuidar a su prima. Se pone apresuradamente en marcha hacia la montaña, con todos los riesgos que comporta para una mujer embarazada. Lo hace con toda la sencillez y naturalidad, porque de María es propio visitar para ayudar. Con María va el Señor y con ellos llega la alegría a la casa de Isabel.
¡Déjame, María, acompañarte! Hazme comprender y sentir a los otros como mi primera preocupación. Visitar, ayudar, ser portador de alegría y esperanza... ¡Virgen María, apresurada en tu marcha para estar cerca de quien te necesita! No vayas sola, te ruego, por el duro camino de las montañas. Llévame en tu compañía, enseñame a ser, con naturalidad y alegría cristianas, compañía y ayuda para los demás.


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